
Ojalá tuviera el mismo poder para echarlas de aquí.
Yo también tengo días buenos. De los de primaveras
floreciéndote en las yemas de los dedos. De esos que te despiertas y amaneces
por dentro. Sábados perpetuos, que se derriten lentamente en la boca como un
helado en verano. Mañanas en que golondrinas pueblan el cielo.
Pero el Sol se pone antes en la meseta de mi espalda.
Y me atardece en el regazo, nubes carmesí derramándose por
mis rodillas, púrpura y rojo y malva y violeta pintando acuarelas en las
mediatrices de mis muñecas. No sé qué hacer con la sangre cuando me mancha las
sábanas blancas, los vestidos de julio. Nunca se me ha dado bien disimular esta
locura transitoria.
Lloro océanos que reviven la Pantalasia y se me fragmenta el
corazón como Pangea. Al día siguiente los pedazos siempre se reúnen de nuevo,
es verdad, pero sabes tú lo cansado que es romperte y recomponerte una y otra
vez. Tengo demasiadas cicatrices para 17 años y tres cuartos de vida. Las piezas
de este puzle nunca encajan del todo.
Yo ya sé que no necesito a mi media naranja, que yo soy una
naranja entera. Pero para mí “necesitar” no es cuestión de amar, es cuestión de
seguir viva. Necesito que me quieran para saber que me merezco ser querida. Si no
te mereces ser querida ¿cómo vas a merecerte seguir viva? Ya sé que las baladas
no son para mí, que solo me tocan tragedias con principios bonitos y desenlaces
soportables. Cuentos de los que no sirven para dar las buenas noches, pero que
tampoco son exactamente historias de miedo; evangelios apócrifos que no hace
falta prohibir, porque ya nunca, nunca los lee nadie.
A veces no sé quién soy sin esta locura que me gotea en el
ático. Ropa perdida colgando del tendedero equivocado, el viento que la lleva,
las pinzas extraviadas en la terraza del vecino de abajo. Cosas que vienen y
van y te dejan un regusto a melancolía amarga.
Vengo y voy y no sé de dónde vengo. Las chicas tristes no
tenemos más hogar que el lado seco de la almohada, y no sabemos dónde
cobijarnos en esas noches en que la empapamos entera.
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