la primera vez
que salí del armario sin llorar
el cielo se
volvió de colores
y eso que no
atardecía
por ninguna
parte.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
y ella me escuchó
su mirada fue
como encontrar tu casa
en un país
desconocido
con la cama hecha
y una flor en la
ventana.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
resucitaron los
muertos
del cementerio de
mi pecho,
se me cerraron
cien heridas
y me quedó una
cicatriz.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
fue como
reconquistar un territorio
que me habían
robado los colonos
de la tierra
salvaje de mi pecho.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
ella prendió una
llama de orgullo
y la he mantenido
viva desde entonces;
es tan sencillo
como
ocuparme de que
mis propias lágrimas
no la apaguen
jamás.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
fue un susurro;
la segunda una
palabra
en voz alta, bien
clarita,
y diría que la
tercera
lo dije gritando
pero no me hizo
falta
porque ya lo
hacían por nosotras
nuestras manos entrelazadas.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
reescribí la
sinopsis de mi auto-biografía
cambié la
tragedia por sonrisas
convertí a la
víctima en superviviente.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
se me tatuaron
las palabras
en la antesala
del corazón
y no me quedaron
excusas
para negar lo que
soy.
la primera vez
que salí del armario sin llorar
no sabía que era
el preludio
de la primera vez
que saldría
del armario riendo.
la primera vez
que salí del armario riendo
gané la batalla.
cuando ya no haya
armario,
cuando
compartamos todas
una sala común
podré decir
que,
por fin,
hemos ganado
la guerra.
Me he emocionado mucho al leer este poema. Precioso. Sigue así.
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